Todos hemos leído en revistas, artículos o visto vídeos (pocos) en los que probaban al Corsa y daban un veredicto.
Todos sabemos también que, dependiendo de quién hiciera la prueba, el resultado podía ser más subjetivo que objetivo y que muchas veces los recorridos suelen ser idílicos o simplemente estar planeados de antemano.
Pero lo que no nos hemos preguntado nunca (o sí) es qué opina un usuario normal en conducción normal (y real) de cómo es su coche. Qué falla, qué es perfecto, sus puntos débiles o fuertes, si consume mucho o poco, etc...
Claro que esto también puede ser un problema porque no hay dos conductores iguales pero se trata de acercar al máximo la realidad con la que nos enfrentamos los propietarios de este modelo propulsado por un motor de gasolina.
Así que animado por esa 'falta' de información real, testada por los propios, me lancé a probar a fondo el mío y publicar las conclusiones tras haber llegado de vacaciones ayer mismo y tras 3.100 kilómetros recorridos en 15 días.
El modelo en cuestión es mi Opel Corsa D 1.4i gasolina de 90CV (66Kw) atmosférico, tres puertas y acabado "C'mon" matriculado en mayo de 2010 que actualmente cuenta con 62.000 kilómetros.
DATOS BÁSICOS
Por dónde ha rodado: Autopista, autovía, carretera convencional y ciudad.
Tipo de conductor: Mi tipo de conducción es tranquila y ágil, dosificando mucho el acelerador, usando las inercias en pasos por curva, pendientes, etc... anticipando las maniobras, uso del freno motor, con un uso muy intensivo del 'cruise control' excepto en ciudad donde me guío por un tacto exquisito al acelerador.
Las velocidades de circulación fuera de poblado nunca han superado los límites legales.
CONDICIONES DE LA PRUEBA
Trayecto realizado: Barcelona - Zaragoza- Madrid- Toledo- Ávila y viceversa.
El coche: De estricta serie. Sin modificación alguna.
Neumáticos: Michelin Energy Saver Plus medida 185/65 R15 88T en las cuatro ruedas fabricados en 2017 y estrenados para el viaje.
Presión de inflado: 2.1 Bar en las cuatro ruedas.
Condiciones de carga: Dos personas y maletero a plena carga.
Kilometraje recorrido: 3.100 kilómetros
Temperaturas ambientales constantes durante pruebas: De 31ºC a 40ºC
Estado mecánico del vehículo: Revisión previa en la que se cambió líquido refrigerante, líquido de frenos, pastillas de frenado, bujías, filtros de aire, aceite y habitáculo, aceite motor 5w30 Dexos II y neumáticos nuevos. Comprobación del correcto funcionamiento de la UCE motor y testigos de control. Es decir, se revisó a fondo para que fuera un viaje sin incidencias.
A SIMPLE VISTA
Se le ve musculado. Gordito, diría yo. Y cierto que lo es. Su tara: 1.200 kgs. ¿La culpa de todo ese peso extra? La electrónica, seguridad pasiva, su cableado y una estructura rígida de tipo sport que obtuvo 5 estrellas en las pruebas de choque de Euroncap en 2006 (el Corsa E sólo 4).
Ese peso es un inconveniente para su motor atmosférico de 1.364cc, 90CV y 125Nm de par, aunque veremos cuándo.
Su línea está acorde con los actuales diseños amorfos producto de una noche de ácido. Se nota la falta de creatividad de los diseñadores desde hace años a la hora de darle aquella personalidad y distinción que tenían antaño los coches.
Y si bien no es uno de los más desagradables de ver (los hay mucho peores como el Renault Captur, el Citroën Cactus o el Nissan Qashaqai, ejemplos de insulto a la belleza sobre ruedas) al final le acabas por ver el puntito y que te guste.
Una prueba de lo que comento respecto a este 'desdiseño' es la molestísima posición de los pilares A de la carrocería. Estos crean un ángulo muerto bastante problemático sobretodo en las curvas a izquierdas porque tapan la visibilidad al estar justo en el punto de visión. La microventanilla que hay en ellos parece querer paliar este defecto, pero son más de adorno que otra cosa. Una chapuza, vamos.
Ya en el interior, lo primero que clama al cielo es la posición del mando de las luces. Puestos ya, se podría haber colocado no sé...¿en el maletero? Nada intuitivo, nada ergonómico y nada funcional. Un auténtico incordio.
El resto de la timonería y mandos está muy bien estudiada. Cómodo a morir ya que está estudiado como un coche de mayor categoría. Los kilómetros no se notan y sujetan muy bien lateralmente. Se respira calidad en todos sus acabados y eso minimiza esos 'problemillas' antes mencionados.
La radio tiene exceso de funciones, algunas innecesarias como lo de elegir cómo quieres que suene de alto el volúmen de la radio en el interior a través de la opción "Settings".
Un poco más sencilla y funcional le hubiera ido de perlas ya que es bien sabido que "más es mejor" nunca es verdad. Exceso de memorias. Aunque suena muy bien y para ser la de origen, cumple con creces su cometido. El lector de CD's calienta los discos una barbaridad y a veces, salen 'calentitos'. De esto se deduce que no está bien refrigerada en el interior y que a la larga, acortará su vida útil.
Los asientos abatibles tienen su miga. Hasta que no se les pilla el truquillo del orden de plegado-desplegado, son más incómodos que cómodos al principio. Una vez pillado el truco, asunto resuelto.
Bien terminado, muy cómodo, silencioso y agradable interior. Cuatro adultos viajan muy bien y sin estrecheces o incomodidades. Hay espacio aunque a priori no lo parezca.
El maletero engaña. De formas aprovechables y con espacio para el equipaje de cuatro ocupantes que no lleven más que lo imprescindible. Dos personas, con una maleta como he viajado, tres carteras y la bolsa de herramientas han cabido perfectamente y no nos ha faltado nada en 15 días de vacaciones. No se ha tenido que colocar carga dentro del habitáculo.
Esto es una ventaja ya que a la hora de viajar se hace con lo necesario y no con los "por si acaso". Una gozada. El equipaje necesario. Ni más ni menos. Una familia tendría que hacer verdaderos "Tetris" o simplemente optar por otras opciones.
La instrumentación del cuadro de mandos clara, legible e ideal. Aunque se necesita un termómetro de temperatura del líquido refrigerante y uno del aceite para que fuera absolutamente completa. El ordenador de abordo da la información necesaria y concisa. No se echan en falta equipamientos innecesarios como un GPS integrado, pantallas táctiles y otras golosinas de las que suelen estar plagados los coches hoy día. Funcionalidad absoluta y practicidad es lo que tiene este Corsa. Y esa sencillez es lo que lo hace divertido y atractivo.
Las luces exteriores engañan. Alumbran de verdad. Y los antiniebla delanteros, un verdadero acierto. Su equipamiento lumínico está muy a la altura. Y no defrauda.
RODANDO EN CIUDAD
Quizá su hábitat preferido debido a su corta batalla, zaga muy corta, direccionabilidad y maniobrabilidad. Pero es en este marco donde el consumo de combustible pasa factura, y alta.
Su tara en este ámbito es el encargado de penalizar mucho al consumo. La cifra se mueve en unos aterrorizantes 8-9 litros a los cien y siendo cariñoso con el acelerador y sin aire acondicionado la mayor parte de los recorridos.
Con un cuarto de depósito se recorren 200 kilómetros, lo cual, a mi entender es muy poco para un 1.364cc reales.
La falta de un compresor Roots para los regímenes bajos (donde más se echa en falta el par motor) vendría de perlas para paliar esta carencia que hay que suplir con acelerador y/o marcha corta lo cual aumenta el consumo.
Dicho compresor volumétrico accionado por embrague magnético al estilo del 1.4 TSI de VW, le vendría muy bien, le daría mucha más alegría, agilidad y un pelín más de par motor que sí necesita.
Es silencioso, pero silencioso de verdad. Apenas se escucha el motor y se defiende muy bien por las sempiternamente atascadas calles de la ciudad de Barcelona.
Se aparca en espacios aparentemente pequeños tras unas maniobras que, gracias a la dirección eléctrica ni se notan a la hora de girar el volante.
El régimen de giro del motor en ciudad se encuentra cómodo entre las 2500-4000 vueltas, lo cual permite conducirlo con las relaciones comprendidas entre 3ª y 4ª sin necesidad de más.
La corta batalla entre ejes (es un turismo del segmento B) es su principal baza positiva pero penaliza a la comodidad circulando por calles bacheadas o pasando por los badenes que los ayuntamientos hacen crecer como setas en los pasos de peatones.
En Toledo, donde no se conoce el terreno llano (probado durante 15 días) raro era el paso de peatones que no fuera sobrelevado.
Esto hacía patente lo botador del coche (por su corta distancia entre ejes) haciéndolo incomodísimo de conducir debido al tarado duro de los amortiguadores.
En calles adoquinadas, el coche rebota y mucho. Tiembla bastante dando la sensación de 'coche barato y acabado pobre' lo que no es verdad.
Resumiendo, se defiende muy bien. Muy pero que muy maniobrable, ágil, silencioso, cómodo, fácil de aparcar y el compañero ideal para moverse por una urbe; pero a cambio de un consumo de gasolina bastante alto más propio de coches de segmentos C y D donde serían lógicas esas cifras.
RODANDO EN CARRETERA
Su hábitat natural. Es donde realmente se encuentra casi como pez en el agua y sacarle todo el jugo y diversión. Las carreteras con curvas son una auténtica delicia ya que se mueve con gracia, agilidad y comodidad.
Durante las pruebas que tuvieron lugar en las carreteras de La Seo de Urgel (Lérida) así como en las carreteras de Castilla La Mancha (Toledo), el chasis y la suspensión dieron su do de pecho y se revelaron como muy eficaces. En las leridanas, de montaña y con paellas, el coche no hace raros, apoya bien, las jalona de manera rápida, ágil y eficazmente. Simplemente se las merienda. En las segundas, se muestra como un rodador tranquilo y nada gastón. Diversión y placer asegurados.
Al ser un motor atmosférico, éste se puede estirar hasta regímenes que, sin llegar al corte de inyección, le dan un plus de diversión que permite jugar con él (dentro de lo estrictamente legal) para disfrutar conduciéndolo como un enano con zapato nuevos.
¿El truco?, llevarlo a ritmo alegre (3500-5000 RPM) y olvidarse de la 5ª velocidad. En 3ª y 4ª el juego y el placer de conducir es sublime sobretodo en carreteras de montaña.
El chasis de tipo "Sport" tiene la rigidez perfecta. Aunque parezca que el coche se tumba o balancea demasiado, en realidad se revela como muy neutro y permite anticiparse a extraños. La suspensión algo dura en ocasiones y algo blanda en otras, aumenta esa sensación.
La dirección permite realizar los giros rápidamente y con mucha precisión, pero su excesiva asistencia a veces le resta seguridad ya que es demasiado sensible (punto negro del coche que no me gusta). Gira mucho y muy rápido.
Según y como se realicen los giros, es fácil hacer chillar los neumáticos. Señal que estamos forzando el agarre y el coche hará de las suyas según las leyes de la física. No es relativamente fácil hacerlos chillar por su nobleza, pero si nos empeñamos lo conseguiremos. Práctica nada recomendable, peligrosa e ilegal.
En el caso de los Michelin Energy Saver Plus, antes de llegar al deslizamiento avisan y de manera escandalosa. Se comportan muy bien y agarran en seco como un neumático no 'ecológico'. Aún así, siempre se ha de tener en cuenta el límite de adherencia y no forzar, por seguridad, responsabilidad y sobretodo por sentido común.
Huelga recordar que no es un coche para ir rápido y realizar una conducción deportiva ya que su carácter es el de rodador de larga distancia, a ritmos tranquilos y gastando poco, lo cual consigue y muy bien. Una vez completamente apoyado en la curva, la traza de manera limpia y sin extraños apoyándose muy bien y muy noblemente. Es muy divertida la sensación de seguridad en estas situaciones.
En las recuperaciones, la tara vuelve a hacerse presente y el Corsa se muestra perezoso, aunque recupera bastante bien para un conductor normal sin pretensiones. Aún así, obliga a jugar con el cambio de marchas si no queremos una caída rápida del régimen y dificultad del ritmo.
Otro de los trucos para no notar esa falta de 'espíritu' (par) es la anticipación al terreno para utilizar la marcha más apropiada y no tener esa frustrante situación de que el coche no tira.
Los asientos sujetan muy bien en las curvas, siguen siendo muy cómodos incluso en esas circunstancias lo cual aumenta el placer y la seguridad de conducción.
Ya en carreteras convencionales (largas rectas manchegas y curvas suaves), tanto las de 90 como las de 100, el Corsa se revela como lo que es; noble, equilibrado y rodador de larga distancia. Los consumos a las velocidades legales en estas vías cae a cifras muy buenas moviéndose entre los 4.75 y 5.5 litros a los cien yendo a buen ritmo. Con un cuarto de depósito, se pueden hacer casi 300 kilómetros, incluso un pelín más. El disfrute del paisaje, se hace la guinda de la conducción.
Las velocidades en las que se encuentra muy cómodo y la que se percibe como la más adecuada es aquella que oscila entre los 80-100 de marcador (75-95 de GPS). La quinta velocidad, es recomendable y, las aceleraciones sin ser fulgurantes, son rápidas y precisas. No se nota perezosidad durante la conducción en esas circunstancias.
El control de velocidad es sin rastro de duda, el mejor aliado para que los consumos queden muy pero que muy contenidos siempre que no nos de por estrujar su motor.
Sin duda alguna, el Corsa es en carreteras convencionales donde se muestra realmente en su salsa al ser corto y neutro. Un placer conducirlo.
Por las noches, las luces iluminan muy bien, todo el ancho de la calzada y no quedan cortas. Tiene un equipo de luces digno de un coche del segmento C.
RODANDO EN AUTOPISTA/AUTOVÍA
Entramos en la zona donde el Corsa aquí tiene mucho que decir y donde en ocasiones no se encuentra cómodo.
En autopista va bien. Pero que muy bien. Suave, sin vibraciones, algo ruidosillo a partir de las 3.000 RPM, pero nada criticable.
La excesiva asistencia de la dirección eléctrica provoca que se tenga que corregir la trayectoria con excesiva frecuencia (casi constante a mayor velocidad) y esto le resta un poco de confort y disminuye la sensación de seguridad. Es fácil despistarse y tener algún conato de susto. En este aspecto, el Corsa, es un coche que no admite distracciones. Es nervioso. Y rápido, muy rápido.
En quinta y con una velocidad de 120 kilómetros por hora de marcador (115 reales de GPS) su motor gira a 3.750 RPM, lo que considero es un régimen un tanto elevado que penaliza el consumo. Si la relación en esta marcha estuviera un poco más ajustada, podría girar perfectamente a 3.000 RPM y ganaría en consumo, el cual se dispara si se sobrepasan las 4.000 a cifras inaceptables para un 1.368 cc actual.
El control de velocidad, una maravilla. Permite contener los consumos de gasolina en unas cifras que oscilan entre los 4'57 y 6'20 alos cien manteniendo un ritmo muy vivo y en función de las circunstancias del tráfico y la vía.
Uno de los aspectos que llamó poderosamente la atención, es que el mismo se desconecta solo en cuanto el régimen del motor baja como consecuencia de una larga y fuerte pendiente ascendente. El motor atmosférico no responde en esas situaciones a la solicitación del control y cae de régimen rápido, con lo que la velocidad cae en picado obligando a reducir una marcha y seguir manualmente. Si somos previsores y circulando a 120 de marcador, en cuanto el vehículo comience a bajar de 110 y siempre que no los mantenga constantes, se realiza la reducción de relación y se acelera para que mantenga el ritmo vivo de subida aún a costa de elevar consumo.
Este truco permitirá salvar las pendientes más agresivas (dentro de unos límites) sin ningún problema.
Comparándolo sólo en este aspecto con el Mazda 6 2.0 CRTDI de 2005 del que provengo y en el que nunca tuve ese problema, me sorprendió bastante.
Pero aún así es algo fácilmente subsanable simplemente anticipándose al terreno y cogiendo velocidad antes de iniciar la subida. Esto permite que en el 95% de los casos ni se note y no se tenga que hacer absolutamente nada, ya que el coche sube solo y a ritmo vivo.
En muchas ocasiones se 'come' a otros vehículos bastante más potentes que él y los sobrepasa sin despeinarse. Eso sí, el Corsa no es un coche deportivo ni pensado para correr. Es un rodador de larga distancia de consumo contenido cosa que consigue muy bien. Nuestra forma de conducir y sobretodo anticiparse es la clave del ahorro y de la diversión conduciéndolo.
En un viaje largo, podemos suponer que al ser un segmento B acabaremos destrozados. Nada más lejos de la realidad. Es cómodo a morir. El cansancio tarda mucho en aparecer. El pasajero viaja en la gloria y con un confort de vehículos muy superiores. El conductor está muy mimado para ser esta categoría donde no se suelen prestar excesiva atención a los mismos.
Aunque es de recibo mencionar las partes negativas. Un viaje largo por autopista o autovía es perfectamente realizable. No hay que tener miedo. El Corsa responde muy bien. Pero hay que tener en cuenta sus aspectos (par, potencia, anticipación). Si hacemos conciencia de sus limitaciones, podremos divertirnos y mucho. Conducirlo es un placer incluso ahí. Viajando por estas vías, el Corsa muestra sus limitaciones y nos recordará que no es perfecto.
Su talón de Aquiles: los adelantamientos.
La cifra de par de 125Nm es muy discreta (insuficiente diría yo) y es la que limita y prohíbe ciertas florituras. Recupera bien pero a su ritmo, con calma. Adelantar exige anticiparse bastante.
Una vez iniciada la maniobra hay que lanzarse sin miedo y no vacilar en ningún momento ya que provocaremos una caída de régimen que nos puede poner en una situación muy comprometida con la seguridad, ya que el coche mostrará su sobrepeso y su falta de par. Si además vamos a plena carga (pasajeros, equipajes) tendremos que anticiparnos aún más o simplemente, desistir hasta una oportunidad más favorable. Su lema en este aspecto es: Vísteme despacio, que tengo prisa. El Corsa aquí, nunca tiene prisa.
Incluso con el control de velocidad y con anticipación, la maniobra se realiza bien y sin problemas. Limpiamente.
El Corsa no vacilará y mantendrá vivo el ritmo de su motor el cual una vez alcanzadas las 4.000 RPM entrega su par máximo y comienza a estirarse como un chicle hasta casi el corte de inyección si lo realizamos de manera manual.
El motor es muy elástico y se disfruta mucho, de lo lindo. Se tiene la impresión de estar llevando una moto sin esa limitación típica de los sobrealimentados al alcanzar cierto régimen. Estira y estira y es una gozada. Sus 90 'ponis', entre las 4.000-5.500 RPM se vuelven caballos salvajes y dan su do de pecho muy bien, aunque con sus limitaciones lógicas, claro.
Y al Corsa no le gusta correr. Se mantiene a gusto hasta velocidades de 120-130 como máximo.
Más allá se muestra nervioso, impreciso y algo inestable, lo que llevará llevado al extremo a que tengamos un muy buen susto a pesar de su aplomo. Incluso a esas velocidades legales a veces protesta y exige ir un poco más despacio. La sensación de velocidad es grande y en mi caso, no me hace sentir seguro llevarlo más allá y ver qué pasa. Un ESP de serie, le hubiera ido de perlas. La causa es su corta batalla entre ejes.
A grandes velocidades exige una atención máxima por parte del conductor.
Pero viajar con él es un placer y se disfruta mucho. Rodador ágil, de consumo contenido y noble.
CONCLUSIÓN FINAL
Un coche de segmento B magnífico. Bien rematado (aunque con lagunas en cuanto a la plastificación excesiva del interior) cómodo, ergonómico, noble, ágil pero tranquilo, simple y muy versátil para dos personas sin hijos. Incluso 4 sin equipaje van de maravilla sin agobios de espacio para las piernas.
En ciudad, se mueve como pez en el agua. Rápido, maniobrable, y con tendencia a beber de más si se lo lleva con alegría en esos lares. Útil y preciso. Un acierto.
En carretera pura diversión. Curvas y carreteras de montaña son su parque de juegos y bien llevado, con seguridad y respetando las normas, deja un sabor de boca muy dulce. El consumo es reducido (4-6 litros) y su autonomía llega hasta los 800 kilómetros si se lo trata con delicadeza. Un placer.
En autopista es más de lo mismo, aunque con la espada de Damocles respecto a los adelantamientos y anticipaciones. A ritmo normal (120) su consumo no irá más allá de los 6'70 a los cien. Si somos de pie de plomo, el consumo puede superar los 9 litros y sin ruborizarse. Se puede ahorrar y mantener consumos de 5-6 si sabemos conducir eficientemente sin renunciar a la seguridad y diversión.
Bien equipado (mucho más que sus rivales) bien estudiado, versátil, cómodo y un compañero fiable y económico de mantener. Y aunque cabree pagar más al repostar, se compensa con unos mantenimientos más baratos y unos impuestos menores.
Es racional y obliga a hacer un ejercicio de sinceridad respecto a llevar en el maletero más cosas de las realmente necesarias. Es simplista, realista y muy agradecido. Y si nos acoplamos a él, tenemos a un amigo que nunca nos dejará tirado.
Eso sí, su consumo de aceite considero que es elevadillo. Gastó en 3.100 kilómetros un cuarto de litro más o menos. Y es algo que no debemos descuidar nunca. Sus pequeños 3.50 litros de cárter no son precisamente generosos. Pero si miramos con frecuencia (algo lógico) el nivel del lubricante y lo mantenemos al máximo (costumbre personal que nunca me ha dado problemas) jamás deberemos lamentarnos en el futuro.
¿Recomendaría este Corsa? Para alguien que busque economía, fiabilidad, conducción tranquila sin renunciar a la agilidad, confort, racionalidad y diversión sin dudarlo; un SÍ rotundo.
Y añadiendo algo más y subjetivamente, unas molduras de goma negra en las puertas de serie le irían de maravilla para evitar dejar las marcas de portazos de otros o las nuestras propias de los descuidos. En mi caso, siguiendo el patrón de los que sí lo llevan pintados en el mismo color de la carrocería, le voy a instalar unos sin pintar que aparte de favorecerlo estéticamente, solventan de lleno el problema y mejoran el acabado.
Nota del autor: Las opiniones aquí vertidas se basan en mi experiencia personal, como conductor y usuario normal que no tiene absolutamente nada que ver con el mundo del automóvil y el cual ha tratado de ser lo más objetivo posible subjetivizando algunos aspectos con el propósito único de acercarlo lo más posible a la realidad cotidiana. En ningún momento se han reproducido textos publicados por terceros con o sin autorización de estos.
Las opiniones, impresiones y textos son absolutamente míos, redactados por mi y sin afán de lucro y/o reconocimiento alguno.
Todos sabemos también que, dependiendo de quién hiciera la prueba, el resultado podía ser más subjetivo que objetivo y que muchas veces los recorridos suelen ser idílicos o simplemente estar planeados de antemano.
Pero lo que no nos hemos preguntado nunca (o sí) es qué opina un usuario normal en conducción normal (y real) de cómo es su coche. Qué falla, qué es perfecto, sus puntos débiles o fuertes, si consume mucho o poco, etc...
Claro que esto también puede ser un problema porque no hay dos conductores iguales pero se trata de acercar al máximo la realidad con la que nos enfrentamos los propietarios de este modelo propulsado por un motor de gasolina.
Así que animado por esa 'falta' de información real, testada por los propios, me lancé a probar a fondo el mío y publicar las conclusiones tras haber llegado de vacaciones ayer mismo y tras 3.100 kilómetros recorridos en 15 días.
El modelo en cuestión es mi Opel Corsa D 1.4i gasolina de 90CV (66Kw) atmosférico, tres puertas y acabado "C'mon" matriculado en mayo de 2010 que actualmente cuenta con 62.000 kilómetros.
DATOS BÁSICOS
Por dónde ha rodado: Autopista, autovía, carretera convencional y ciudad.
Tipo de conductor: Mi tipo de conducción es tranquila y ágil, dosificando mucho el acelerador, usando las inercias en pasos por curva, pendientes, etc... anticipando las maniobras, uso del freno motor, con un uso muy intensivo del 'cruise control' excepto en ciudad donde me guío por un tacto exquisito al acelerador.
Las velocidades de circulación fuera de poblado nunca han superado los límites legales.
CONDICIONES DE LA PRUEBA
Trayecto realizado: Barcelona - Zaragoza- Madrid- Toledo- Ávila y viceversa.
El coche: De estricta serie. Sin modificación alguna.
Neumáticos: Michelin Energy Saver Plus medida 185/65 R15 88T en las cuatro ruedas fabricados en 2017 y estrenados para el viaje.
Presión de inflado: 2.1 Bar en las cuatro ruedas.
Condiciones de carga: Dos personas y maletero a plena carga.
Kilometraje recorrido: 3.100 kilómetros
Temperaturas ambientales constantes durante pruebas: De 31ºC a 40ºC
Estado mecánico del vehículo: Revisión previa en la que se cambió líquido refrigerante, líquido de frenos, pastillas de frenado, bujías, filtros de aire, aceite y habitáculo, aceite motor 5w30 Dexos II y neumáticos nuevos. Comprobación del correcto funcionamiento de la UCE motor y testigos de control. Es decir, se revisó a fondo para que fuera un viaje sin incidencias.
A SIMPLE VISTA
Se le ve musculado. Gordito, diría yo. Y cierto que lo es. Su tara: 1.200 kgs. ¿La culpa de todo ese peso extra? La electrónica, seguridad pasiva, su cableado y una estructura rígida de tipo sport que obtuvo 5 estrellas en las pruebas de choque de Euroncap en 2006 (el Corsa E sólo 4).
Ese peso es un inconveniente para su motor atmosférico de 1.364cc, 90CV y 125Nm de par, aunque veremos cuándo.
Su línea está acorde con los actuales diseños amorfos producto de una noche de ácido. Se nota la falta de creatividad de los diseñadores desde hace años a la hora de darle aquella personalidad y distinción que tenían antaño los coches.
Y si bien no es uno de los más desagradables de ver (los hay mucho peores como el Renault Captur, el Citroën Cactus o el Nissan Qashaqai, ejemplos de insulto a la belleza sobre ruedas) al final le acabas por ver el puntito y que te guste.
Una prueba de lo que comento respecto a este 'desdiseño' es la molestísima posición de los pilares A de la carrocería. Estos crean un ángulo muerto bastante problemático sobretodo en las curvas a izquierdas porque tapan la visibilidad al estar justo en el punto de visión. La microventanilla que hay en ellos parece querer paliar este defecto, pero son más de adorno que otra cosa. Una chapuza, vamos.
Ya en el interior, lo primero que clama al cielo es la posición del mando de las luces. Puestos ya, se podría haber colocado no sé...¿en el maletero? Nada intuitivo, nada ergonómico y nada funcional. Un auténtico incordio.
El resto de la timonería y mandos está muy bien estudiada. Cómodo a morir ya que está estudiado como un coche de mayor categoría. Los kilómetros no se notan y sujetan muy bien lateralmente. Se respira calidad en todos sus acabados y eso minimiza esos 'problemillas' antes mencionados.
La radio tiene exceso de funciones, algunas innecesarias como lo de elegir cómo quieres que suene de alto el volúmen de la radio en el interior a través de la opción "Settings".
Un poco más sencilla y funcional le hubiera ido de perlas ya que es bien sabido que "más es mejor" nunca es verdad. Exceso de memorias. Aunque suena muy bien y para ser la de origen, cumple con creces su cometido. El lector de CD's calienta los discos una barbaridad y a veces, salen 'calentitos'. De esto se deduce que no está bien refrigerada en el interior y que a la larga, acortará su vida útil.
Los asientos abatibles tienen su miga. Hasta que no se les pilla el truquillo del orden de plegado-desplegado, son más incómodos que cómodos al principio. Una vez pillado el truco, asunto resuelto.
Bien terminado, muy cómodo, silencioso y agradable interior. Cuatro adultos viajan muy bien y sin estrecheces o incomodidades. Hay espacio aunque a priori no lo parezca.
El maletero engaña. De formas aprovechables y con espacio para el equipaje de cuatro ocupantes que no lleven más que lo imprescindible. Dos personas, con una maleta como he viajado, tres carteras y la bolsa de herramientas han cabido perfectamente y no nos ha faltado nada en 15 días de vacaciones. No se ha tenido que colocar carga dentro del habitáculo.
Esto es una ventaja ya que a la hora de viajar se hace con lo necesario y no con los "por si acaso". Una gozada. El equipaje necesario. Ni más ni menos. Una familia tendría que hacer verdaderos "Tetris" o simplemente optar por otras opciones.
La instrumentación del cuadro de mandos clara, legible e ideal. Aunque se necesita un termómetro de temperatura del líquido refrigerante y uno del aceite para que fuera absolutamente completa. El ordenador de abordo da la información necesaria y concisa. No se echan en falta equipamientos innecesarios como un GPS integrado, pantallas táctiles y otras golosinas de las que suelen estar plagados los coches hoy día. Funcionalidad absoluta y practicidad es lo que tiene este Corsa. Y esa sencillez es lo que lo hace divertido y atractivo.
Las luces exteriores engañan. Alumbran de verdad. Y los antiniebla delanteros, un verdadero acierto. Su equipamiento lumínico está muy a la altura. Y no defrauda.
RODANDO EN CIUDAD
Quizá su hábitat preferido debido a su corta batalla, zaga muy corta, direccionabilidad y maniobrabilidad. Pero es en este marco donde el consumo de combustible pasa factura, y alta.
Su tara en este ámbito es el encargado de penalizar mucho al consumo. La cifra se mueve en unos aterrorizantes 8-9 litros a los cien y siendo cariñoso con el acelerador y sin aire acondicionado la mayor parte de los recorridos.
Con un cuarto de depósito se recorren 200 kilómetros, lo cual, a mi entender es muy poco para un 1.364cc reales.
La falta de un compresor Roots para los regímenes bajos (donde más se echa en falta el par motor) vendría de perlas para paliar esta carencia que hay que suplir con acelerador y/o marcha corta lo cual aumenta el consumo.
Dicho compresor volumétrico accionado por embrague magnético al estilo del 1.4 TSI de VW, le vendría muy bien, le daría mucha más alegría, agilidad y un pelín más de par motor que sí necesita.
Es silencioso, pero silencioso de verdad. Apenas se escucha el motor y se defiende muy bien por las sempiternamente atascadas calles de la ciudad de Barcelona.
Se aparca en espacios aparentemente pequeños tras unas maniobras que, gracias a la dirección eléctrica ni se notan a la hora de girar el volante.
El régimen de giro del motor en ciudad se encuentra cómodo entre las 2500-4000 vueltas, lo cual permite conducirlo con las relaciones comprendidas entre 3ª y 4ª sin necesidad de más.
La corta batalla entre ejes (es un turismo del segmento B) es su principal baza positiva pero penaliza a la comodidad circulando por calles bacheadas o pasando por los badenes que los ayuntamientos hacen crecer como setas en los pasos de peatones.
En Toledo, donde no se conoce el terreno llano (probado durante 15 días) raro era el paso de peatones que no fuera sobrelevado.
Esto hacía patente lo botador del coche (por su corta distancia entre ejes) haciéndolo incomodísimo de conducir debido al tarado duro de los amortiguadores.
En calles adoquinadas, el coche rebota y mucho. Tiembla bastante dando la sensación de 'coche barato y acabado pobre' lo que no es verdad.
Resumiendo, se defiende muy bien. Muy pero que muy maniobrable, ágil, silencioso, cómodo, fácil de aparcar y el compañero ideal para moverse por una urbe; pero a cambio de un consumo de gasolina bastante alto más propio de coches de segmentos C y D donde serían lógicas esas cifras.
RODANDO EN CARRETERA
Su hábitat natural. Es donde realmente se encuentra casi como pez en el agua y sacarle todo el jugo y diversión. Las carreteras con curvas son una auténtica delicia ya que se mueve con gracia, agilidad y comodidad.
Durante las pruebas que tuvieron lugar en las carreteras de La Seo de Urgel (Lérida) así como en las carreteras de Castilla La Mancha (Toledo), el chasis y la suspensión dieron su do de pecho y se revelaron como muy eficaces. En las leridanas, de montaña y con paellas, el coche no hace raros, apoya bien, las jalona de manera rápida, ágil y eficazmente. Simplemente se las merienda. En las segundas, se muestra como un rodador tranquilo y nada gastón. Diversión y placer asegurados.
Al ser un motor atmosférico, éste se puede estirar hasta regímenes que, sin llegar al corte de inyección, le dan un plus de diversión que permite jugar con él (dentro de lo estrictamente legal) para disfrutar conduciéndolo como un enano con zapato nuevos.
¿El truco?, llevarlo a ritmo alegre (3500-5000 RPM) y olvidarse de la 5ª velocidad. En 3ª y 4ª el juego y el placer de conducir es sublime sobretodo en carreteras de montaña.
El chasis de tipo "Sport" tiene la rigidez perfecta. Aunque parezca que el coche se tumba o balancea demasiado, en realidad se revela como muy neutro y permite anticiparse a extraños. La suspensión algo dura en ocasiones y algo blanda en otras, aumenta esa sensación.
La dirección permite realizar los giros rápidamente y con mucha precisión, pero su excesiva asistencia a veces le resta seguridad ya que es demasiado sensible (punto negro del coche que no me gusta). Gira mucho y muy rápido.
Según y como se realicen los giros, es fácil hacer chillar los neumáticos. Señal que estamos forzando el agarre y el coche hará de las suyas según las leyes de la física. No es relativamente fácil hacerlos chillar por su nobleza, pero si nos empeñamos lo conseguiremos. Práctica nada recomendable, peligrosa e ilegal.
En el caso de los Michelin Energy Saver Plus, antes de llegar al deslizamiento avisan y de manera escandalosa. Se comportan muy bien y agarran en seco como un neumático no 'ecológico'. Aún así, siempre se ha de tener en cuenta el límite de adherencia y no forzar, por seguridad, responsabilidad y sobretodo por sentido común.
Huelga recordar que no es un coche para ir rápido y realizar una conducción deportiva ya que su carácter es el de rodador de larga distancia, a ritmos tranquilos y gastando poco, lo cual consigue y muy bien. Una vez completamente apoyado en la curva, la traza de manera limpia y sin extraños apoyándose muy bien y muy noblemente. Es muy divertida la sensación de seguridad en estas situaciones.
En las recuperaciones, la tara vuelve a hacerse presente y el Corsa se muestra perezoso, aunque recupera bastante bien para un conductor normal sin pretensiones. Aún así, obliga a jugar con el cambio de marchas si no queremos una caída rápida del régimen y dificultad del ritmo.
Otro de los trucos para no notar esa falta de 'espíritu' (par) es la anticipación al terreno para utilizar la marcha más apropiada y no tener esa frustrante situación de que el coche no tira.
Los asientos sujetan muy bien en las curvas, siguen siendo muy cómodos incluso en esas circunstancias lo cual aumenta el placer y la seguridad de conducción.
Ya en carreteras convencionales (largas rectas manchegas y curvas suaves), tanto las de 90 como las de 100, el Corsa se revela como lo que es; noble, equilibrado y rodador de larga distancia. Los consumos a las velocidades legales en estas vías cae a cifras muy buenas moviéndose entre los 4.75 y 5.5 litros a los cien yendo a buen ritmo. Con un cuarto de depósito, se pueden hacer casi 300 kilómetros, incluso un pelín más. El disfrute del paisaje, se hace la guinda de la conducción.
Las velocidades en las que se encuentra muy cómodo y la que se percibe como la más adecuada es aquella que oscila entre los 80-100 de marcador (75-95 de GPS). La quinta velocidad, es recomendable y, las aceleraciones sin ser fulgurantes, son rápidas y precisas. No se nota perezosidad durante la conducción en esas circunstancias.
El control de velocidad es sin rastro de duda, el mejor aliado para que los consumos queden muy pero que muy contenidos siempre que no nos de por estrujar su motor.
Sin duda alguna, el Corsa es en carreteras convencionales donde se muestra realmente en su salsa al ser corto y neutro. Un placer conducirlo.
Por las noches, las luces iluminan muy bien, todo el ancho de la calzada y no quedan cortas. Tiene un equipo de luces digno de un coche del segmento C.
RODANDO EN AUTOPISTA/AUTOVÍA
Entramos en la zona donde el Corsa aquí tiene mucho que decir y donde en ocasiones no se encuentra cómodo.
En autopista va bien. Pero que muy bien. Suave, sin vibraciones, algo ruidosillo a partir de las 3.000 RPM, pero nada criticable.
La excesiva asistencia de la dirección eléctrica provoca que se tenga que corregir la trayectoria con excesiva frecuencia (casi constante a mayor velocidad) y esto le resta un poco de confort y disminuye la sensación de seguridad. Es fácil despistarse y tener algún conato de susto. En este aspecto, el Corsa, es un coche que no admite distracciones. Es nervioso. Y rápido, muy rápido.
En quinta y con una velocidad de 120 kilómetros por hora de marcador (115 reales de GPS) su motor gira a 3.750 RPM, lo que considero es un régimen un tanto elevado que penaliza el consumo. Si la relación en esta marcha estuviera un poco más ajustada, podría girar perfectamente a 3.000 RPM y ganaría en consumo, el cual se dispara si se sobrepasan las 4.000 a cifras inaceptables para un 1.368 cc actual.
El control de velocidad, una maravilla. Permite contener los consumos de gasolina en unas cifras que oscilan entre los 4'57 y 6'20 alos cien manteniendo un ritmo muy vivo y en función de las circunstancias del tráfico y la vía.
Uno de los aspectos que llamó poderosamente la atención, es que el mismo se desconecta solo en cuanto el régimen del motor baja como consecuencia de una larga y fuerte pendiente ascendente. El motor atmosférico no responde en esas situaciones a la solicitación del control y cae de régimen rápido, con lo que la velocidad cae en picado obligando a reducir una marcha y seguir manualmente. Si somos previsores y circulando a 120 de marcador, en cuanto el vehículo comience a bajar de 110 y siempre que no los mantenga constantes, se realiza la reducción de relación y se acelera para que mantenga el ritmo vivo de subida aún a costa de elevar consumo.
Este truco permitirá salvar las pendientes más agresivas (dentro de unos límites) sin ningún problema.
Comparándolo sólo en este aspecto con el Mazda 6 2.0 CRTDI de 2005 del que provengo y en el que nunca tuve ese problema, me sorprendió bastante.
Pero aún así es algo fácilmente subsanable simplemente anticipándose al terreno y cogiendo velocidad antes de iniciar la subida. Esto permite que en el 95% de los casos ni se note y no se tenga que hacer absolutamente nada, ya que el coche sube solo y a ritmo vivo.
En muchas ocasiones se 'come' a otros vehículos bastante más potentes que él y los sobrepasa sin despeinarse. Eso sí, el Corsa no es un coche deportivo ni pensado para correr. Es un rodador de larga distancia de consumo contenido cosa que consigue muy bien. Nuestra forma de conducir y sobretodo anticiparse es la clave del ahorro y de la diversión conduciéndolo.
En un viaje largo, podemos suponer que al ser un segmento B acabaremos destrozados. Nada más lejos de la realidad. Es cómodo a morir. El cansancio tarda mucho en aparecer. El pasajero viaja en la gloria y con un confort de vehículos muy superiores. El conductor está muy mimado para ser esta categoría donde no se suelen prestar excesiva atención a los mismos.
Aunque es de recibo mencionar las partes negativas. Un viaje largo por autopista o autovía es perfectamente realizable. No hay que tener miedo. El Corsa responde muy bien. Pero hay que tener en cuenta sus aspectos (par, potencia, anticipación). Si hacemos conciencia de sus limitaciones, podremos divertirnos y mucho. Conducirlo es un placer incluso ahí. Viajando por estas vías, el Corsa muestra sus limitaciones y nos recordará que no es perfecto.
Su talón de Aquiles: los adelantamientos.
La cifra de par de 125Nm es muy discreta (insuficiente diría yo) y es la que limita y prohíbe ciertas florituras. Recupera bien pero a su ritmo, con calma. Adelantar exige anticiparse bastante.
Una vez iniciada la maniobra hay que lanzarse sin miedo y no vacilar en ningún momento ya que provocaremos una caída de régimen que nos puede poner en una situación muy comprometida con la seguridad, ya que el coche mostrará su sobrepeso y su falta de par. Si además vamos a plena carga (pasajeros, equipajes) tendremos que anticiparnos aún más o simplemente, desistir hasta una oportunidad más favorable. Su lema en este aspecto es: Vísteme despacio, que tengo prisa. El Corsa aquí, nunca tiene prisa.
Incluso con el control de velocidad y con anticipación, la maniobra se realiza bien y sin problemas. Limpiamente.
El Corsa no vacilará y mantendrá vivo el ritmo de su motor el cual una vez alcanzadas las 4.000 RPM entrega su par máximo y comienza a estirarse como un chicle hasta casi el corte de inyección si lo realizamos de manera manual.
El motor es muy elástico y se disfruta mucho, de lo lindo. Se tiene la impresión de estar llevando una moto sin esa limitación típica de los sobrealimentados al alcanzar cierto régimen. Estira y estira y es una gozada. Sus 90 'ponis', entre las 4.000-5.500 RPM se vuelven caballos salvajes y dan su do de pecho muy bien, aunque con sus limitaciones lógicas, claro.
Y al Corsa no le gusta correr. Se mantiene a gusto hasta velocidades de 120-130 como máximo.
Más allá se muestra nervioso, impreciso y algo inestable, lo que llevará llevado al extremo a que tengamos un muy buen susto a pesar de su aplomo. Incluso a esas velocidades legales a veces protesta y exige ir un poco más despacio. La sensación de velocidad es grande y en mi caso, no me hace sentir seguro llevarlo más allá y ver qué pasa. Un ESP de serie, le hubiera ido de perlas. La causa es su corta batalla entre ejes.
A grandes velocidades exige una atención máxima por parte del conductor.
Pero viajar con él es un placer y se disfruta mucho. Rodador ágil, de consumo contenido y noble.
CONCLUSIÓN FINAL
Un coche de segmento B magnífico. Bien rematado (aunque con lagunas en cuanto a la plastificación excesiva del interior) cómodo, ergonómico, noble, ágil pero tranquilo, simple y muy versátil para dos personas sin hijos. Incluso 4 sin equipaje van de maravilla sin agobios de espacio para las piernas.
En ciudad, se mueve como pez en el agua. Rápido, maniobrable, y con tendencia a beber de más si se lo lleva con alegría en esos lares. Útil y preciso. Un acierto.
En carretera pura diversión. Curvas y carreteras de montaña son su parque de juegos y bien llevado, con seguridad y respetando las normas, deja un sabor de boca muy dulce. El consumo es reducido (4-6 litros) y su autonomía llega hasta los 800 kilómetros si se lo trata con delicadeza. Un placer.
En autopista es más de lo mismo, aunque con la espada de Damocles respecto a los adelantamientos y anticipaciones. A ritmo normal (120) su consumo no irá más allá de los 6'70 a los cien. Si somos de pie de plomo, el consumo puede superar los 9 litros y sin ruborizarse. Se puede ahorrar y mantener consumos de 5-6 si sabemos conducir eficientemente sin renunciar a la seguridad y diversión.
Bien equipado (mucho más que sus rivales) bien estudiado, versátil, cómodo y un compañero fiable y económico de mantener. Y aunque cabree pagar más al repostar, se compensa con unos mantenimientos más baratos y unos impuestos menores.
Es racional y obliga a hacer un ejercicio de sinceridad respecto a llevar en el maletero más cosas de las realmente necesarias. Es simplista, realista y muy agradecido. Y si nos acoplamos a él, tenemos a un amigo que nunca nos dejará tirado.
Eso sí, su consumo de aceite considero que es elevadillo. Gastó en 3.100 kilómetros un cuarto de litro más o menos. Y es algo que no debemos descuidar nunca. Sus pequeños 3.50 litros de cárter no son precisamente generosos. Pero si miramos con frecuencia (algo lógico) el nivel del lubricante y lo mantenemos al máximo (costumbre personal que nunca me ha dado problemas) jamás deberemos lamentarnos en el futuro.
¿Recomendaría este Corsa? Para alguien que busque economía, fiabilidad, conducción tranquila sin renunciar a la agilidad, confort, racionalidad y diversión sin dudarlo; un SÍ rotundo.
Y añadiendo algo más y subjetivamente, unas molduras de goma negra en las puertas de serie le irían de maravilla para evitar dejar las marcas de portazos de otros o las nuestras propias de los descuidos. En mi caso, siguiendo el patrón de los que sí lo llevan pintados en el mismo color de la carrocería, le voy a instalar unos sin pintar que aparte de favorecerlo estéticamente, solventan de lleno el problema y mejoran el acabado.
Nota del autor: Las opiniones aquí vertidas se basan en mi experiencia personal, como conductor y usuario normal que no tiene absolutamente nada que ver con el mundo del automóvil y el cual ha tratado de ser lo más objetivo posible subjetivizando algunos aspectos con el propósito único de acercarlo lo más posible a la realidad cotidiana. En ningún momento se han reproducido textos publicados por terceros con o sin autorización de estos.
Las opiniones, impresiones y textos son absolutamente míos, redactados por mi y sin afán de lucro y/o reconocimiento alguno.
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